DIOSES
0 – HÉROES 1
Existe un lugar en el
mundo donde los sabios decidían que guerreros eran merecedores de pasar al
Olimpo y quienes mantendrían su condición de mortales. Estos sabios no eran
justos con la elección, pues estaban condicionados unos, comprados otros, por
intereses que ellos trataban de esconder por miedo o convicción al resto de la
ciudadanía. Su elección no era debida al mérito, a la capacidad. Esto se
olvidaba, primando el interés oscuro. La mayoría de los mortales, bien
aceptaban el engaño o bien callaban ante él, pues sentían un beneplácito interno
que les aliviaba de sus penas y desdichas diarias. El problema era que los sabios
se empezaban a polarizar ante dos grupos de dioses, olvidando, cuando no ninguneando
al resto de los guerreros. Solo aquel que pasaba o llegaba de extrañas tierras
a uno de estos grupos era considerado un nuevo dios. Para tener contentos a todos
decidieron crear un grupo nuevo entre los guerreros al que denominaron héroes.
Pero no os creáis que este
nuevo grupo tiene las mismas prebendas que los dioses. No, eran ninguneados
tanto por los propios sabios, como por el resto de los ciudadanos y, lo que es más
grave, por aquellos que debían ser sus jefes y guías. La envidia de los grupos
de guerreros y los desprecios de los dioses hacía el resto
Así, con el tiempo, los
ciudadanos relegaron a estos héroes. Salvo, localmente, pequeños grupos de
fieles, que por admiración a sus guerreros y sabedores del engaño de los sabios,
se rebelaban e intentaban revelar la verdad al resto de los complacientes ciudadanos.
Estos no solo no escuchaban, sino que ridiculizaban a quienes protestaban las
decisiones de los sabios. Les acusaban de rencorosos y se mofaban de ellos en
cualquier situación
Poco a poco las ciudades
de este lugar fueron tomando partido por los dos grupos de dioses, ante sus
supuestas habilidades y capacidades para la lucha, olvidando a sus guerreros y
héroes. Solo en algunas de las ciudades se mantenían grupos de guerreros que intentaban
rivalizar con los dioses, con el apoyo minoritario de alguno de sus ciudadanos
y los pocos sabios que había en el lugar, que no se sentían influenciados. Estos
poco a poco al sentirse desplazados del resto de los sabios fueron cediendo a
las presiones y a los intereses oscuros, y solo se rebelaban, con la boca pequeña
y casi sin argumentos ante la mayoría de los sabios, cediendo a la larga, tal vez ante la promesa de
un ascenso dentro grupo de sabios o ante la amenaza de degradación y desprecio.
Pero por algo inexplicable,
precisamente en la ciudad donde estaba asentado uno de los grupos de dioses,
existía un grupo de héroes. Este grupo estaba desahuciado debido a la mala
gestión de sus generales, que llevaban más de veinte años al mando. Su incapacidad
fue tal que los sabios en alianza con estos generales decidieron degradar a
este grupo al nivel de los guerreros, cuando habían sido nombrados
temporalmente dioses. Así todos contentos.
Pero ante la situación se
rebelaron muchos ciudadanos fieles a estos guerreros, antes dioses, que por
distintos medios luchaban frente a las decisiones de los sabios, los generales
ineptos y el resto de los ciudadanos que les manganeaban y despreciaban, a la
vez que admiraban su tesón ante la adversidad y por su apoyo a estos guerreros
en horas bajas, frente al escarnio del resto.
Un elemento inexplicable
llevo a este grupo de guerreros desahuciados de la casi extinción a, en un
lento caminar jalonado de grandes batallas, alcanzar el nivel de héroes. No es
que fuera el apoyo o la destreza de sus generales, si no gracias a comandantes
experimentados que bien o mal sacaron al grupo del abismo, hasta que cedieron a
las presiones y la ineficacia de los generales. Así consiguieron grandes gestas
en tierras lejanas. El grupo de sabios decidió que no eran suficientes, y
aunque alababan el esfuerzo no lo creían suficiente para alcanzar el Olimpo
nuevamente. Pero ante la evidencia y para no incumplir las reglas, decidieron
que volverían a ser héroes, que no dioses.
Apunto estuvieron de
descender de estatus estos héroes ante un la ineficacia de un comandante con
apellido de árbol frutal, que los llevaba hacia el camino del desprecio,
perdiendo el orgullo del guerrero y descendiendo hasta el nivel de mercenario
incompetente.
Ante la situación los generales,
frente a toda explicación y en contra al grupo de sabios, decidieron el
nombramiento de un nuevo comandante, que había sido hacía tiempo uno los héroes
favoritos de los fieles del grupo, olvidando que había sido uno de los pocos
que llegó a ser dios
Este nuevo comandante
rescato la esencia no escrita, pero sentida, que había llevado a los héroes tiempo
atrás momentáneamente al Olimpo. Y poco a poco sin la alabanza de los sabios y
con el resquemor y trabas de sus propios generales, alcanzó de nuevo grandes
victorias tanto en tierras lejanas como del propio lugar.
Así llego a derrotar a uno
de los grupos de héroes en su propio feudo, en una de las competiciones más famosos entre guerreros, héroes y dioses. Esta competición era menospreciada, por los sabios, si no era ganada por uno de los grupos de dioses. Frente al asombro de los sabios, que
no se explicaban lo ocurrido si no recurrían a la suerte u otros métodos de
sino; reconociendo escasamente las virtudes de los guerreros y su comandante. Unos
alegaban que no tenían la esencia de lo que ellos denominaban tiki-taka, necesaria
para ascender al Olimpo; otros alumbrados por las monedas de los intereses
oscuros decían que no eran aun merecedores del ascenso, porque no se teñían el
pelo a la moda, no tenían el punto de desprecio necesario hacia el resto de los
guerreros y héroes. Así una vez más ninguneaban a los héroes y no los ascendían.
Flor de un día, explicaban, engañado, una vez más, a los ciudadanos.
Este ciclo este grupo de héroes
perdió al que decían era su mejor héroe. Los generales hablaban de necesidades
y alegaban peligros que ellos habían creado para explicar su marcha, diciendo que era lo mejor
para el cluz y que “otros mejores o iguales vendrán a combatir con nosotros”, mientras
internamente se frotaban las manos por conseguir mantener un status pactado,
con los sabios y otros generales, a cambio de migajas. engañaban una vez más a sus seguidores y ponían trabas a su comandante.
Pero cometieron el error
de mantener al comandante en su puesto, de no intentar sobornarle, o hablarle
de cantos de sirenas. Así el comandante fiel a sus ideas no fue derrotado
completamente por los dioses del tiki-taka, en dos enfrentamientos con ellos. las dudad y el temor empezaban a asaltar a los sabios. La biploarización del Olimpo y el negocio que habían creado podía desvanecerse.
Con el apoyo de sus héroes
y fieles a muerte, victoria a victoria llegaron a enfrentarse con el grupo de
dioses denominados GGPDE (Galácticos Guapos Prepotentes con dinero a Espuertas). Hay que decir que este grupo de dioses fue el derrotado en su feudo en el ciclo anterior.
Una vez más frene a todo
pronóstico y ante el asombro y desesperación de sabios y files afines a estos
dioses, los héroes no solo salieron derrotados, si no que ridiculizaron a los
dioses y su comandante.
Esta vez los sabios no
podía hablar de sino, si no de repaso en toda regla y alababan el esfuerzo de
los héroes. Mencionaban en sus pregones sobre todo a dos, llamados Diego
Costa y Koke; alababan la sabiduría del comandante. Pero olvidaban el esfuerzo
de otros de los héroes y así, aunque ascendían temporalmente a estos dos al
Olimpo, debido a los intereses oscuros que los guían, no terminaban de creer en
el merecimiento del grupo.
A la hora de escribir esta
crónica, los héroes son héroes, los dioses se mantienen cabizbajos y temerosos
en el Olimpo; y los sabios empiezan a buscar escusas. Mientras los fieles,
rojiblancos unos, sonríen y aumentan de proporciones corporales. En contra los
fieles de los dioses GGPDE menguan, lloran y se desgarran las vestiduras, a la
vez que sacan nuevamente su prepotencia a pasear.
SIN EMBARGO ALGUNOS
PIENSAN POR QUÉ NO SERÉ DEL “ATLETI”, OTROS CONTESTARAN A SUS HIJOS: “POR ESTO
SOMOS DEL “ATLETI”.
P.D. Dicen que el Dios de
los cristianos es del Madrid. Desde el viernes estaba lloviendo, porque los ángeles
lloran las desgracias del equipo de su señor, que todo lo sabe y castiga con su
justicia la prepotencia de…
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