No, no es a
nuestros jugadores a quienes les va pesando, aunque por los visto en el primer
tiempo de ayer y algunos minutos del Zenit lo parezca.
Les pesa a
esos malos aficionados, si lo son, que lo más redondo que han visto ha sido una
pelota de rugby; que se sienten reyes cuando su equipo ficha por cantidades indecentes;
que se alegran de los pelotazos inmobiliarios y los préstamos sin pagar a un
banco malo, que negaría un crédito a sus hijos. A esos que sólo ven por un ojo
porque tienen lleno de paja el otro. A aquellos que no reconocen lo bueno de
los demás porque ellos son los buenos. Esos elementos que no saben mirar pues
siempre se tienen que sentir más altos para mirarte por encima, o mirarte de
reojo cuando pasas o tienes algo bueno que ellos desearían, y piensan comprar o
que se lo compren más bien, con dinero impropio. Aquellos que no han pisado una
grada en su vida salvo por invitación. A esos torreznos correosos de los bares.
A esos que alababan y ahora empiezan a renegar, si no lo han hecho ya, de un
entrenador barrio bajero y rácano, que no entendía de códigos, a no ser que
fueran los suyos. Aquellos que reniegan de sus propios héroes y con el tiempo pensarán en un homenaje al ángel caído, para levantar sus egos.
Todos esos
están que trinan por los triunfos de nuestro Atléti. Esperan con fiereza el fin
de semana que viene para desbordar su (poner aquí lo que queráis).
Paso al
partido de ayer.
Fue
diferente al del año pasado, en juego y en resultado. Si el año pasado fue de
los mejores, este años es, por ahora, el peor,de los realizados. Sólo nos salva
la segunda parte, y no toda.
Las
rotaciones, bien. El bloque bien. Pero falta algo. Pese a las alabanzas merecidas
de los medios. Nos cuesta manejar el partido cuando nos ceden la pelota ¿Por
qué será?
Mención
especial a Koke. Joder que partidazo. No sólo por los pases de gol, si no por
el esfuerzo y el no parar de correr durante el tiempo que estuvo en el campo.
Sin comentarios.
Con respecto
a Don Diego Pablo Simeone rueda de presa para quitarse el sombrero. Un señor en
todos los aspectos. Sin menospreciar al rival, alabándole, sabiendo de sus
problemas. Si menospreciar a aquellos de sus jugadores que flaquean. Sin alabar
en exceso a los que se salen. Hablando de fútbol. Sin sacar los pies del
tiesto. Una vez más poco se hablas de esto. La carnaza prefiere al que meta
dedos en el ojo y acuse hasta su padre de sus propios fallos. Ya nos recordaran
una vez más el incidente con Guerrero
En fin
nosotros a lo nuestro.
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