ATLÉTICO DE MADRID 1 –
ESPAÑOL 0
IRONIA
0N:
Mal
partido de nuevo del Atlético de Madrid, que se mantiene cerca de los puestos de
descenso a la espera de lo que haga mañana Valladolid y Almería. Tres puntos le
separan, por ahora de segunda.
Una
vez más la afición cansada del mal juego del equipo y la inoperancia de su
entrenador, Diego Pablo Simeone, apenas pobló las gradas del Calderón con una
entrada que no superó los 10.000 espectadores. Los pocos valientes que
asistieron mostraron su descontento ante el juego del equipo y contra su entrenador.
Sobretodo lo sufrieron Villa, al ser retirado y Raúl García en su entrada al
campo. La bronca de los escasos espectadores fue bestial. Otro tanto ocurrió
cuando Arda Turan salio del campo sustituido por un inoperante y decepcionante
Diego Ribas, que desde su entrada al campo no hizo si no perder balones y desesperar
a todos menos al contrario.
No
es que el Español hiciera mucho, pero le basto con ganar durante la primera
parte los balones divididos y cerrar bien por el centro, ya que como viene
siendo tónica habitual las bandas del Atlético son un desastre por las escasas
subidas de los laterales, especialmente Filipe Luís.
Nuevamente
Diego Costa dejo claras sus intenciones marrulleras en la primera parte ante un
intento de engaño al colegiado cuando pidió airadamente un penalti de Fuentes. Es
más recriminó al árbitro Pérez Montero que el jugador españolista fuese
atendido. Una vez más incomprensiblemente, salió indemne de engaño sin ver
tarjeta ante su bochornosa actuación.
Con
un Español que dominaba el partido pese a la marrullería local y las fuertes
entradas que recibían los jugadores pericos se acabó la primera parte.
La
segunda empezó con la tónica que había mantenido el primer tiempo. En el minuto
cincuenta y cinco un balón cortado por un siempre pasivo Gabi llega de rebote a
Villa que en su intento fallido de controlar el balón envía un centro, una vez
más, de robote, entre tres contrarios a Diego Costa, que gana la posición a
Colloto, previo desplazamiento con el brazo ante la pasividad del árbitro, y en
su loca y destartalada carrera, golpea el balón sin mirar y la mala suerte para
el portero hace que se cuele por el palo contrario. El uno cero no hace justicia
en el marcador.
Desde
este momento se hizo, aún, más patente el juego sucio rojiblanco. Dos jugadas desesperaron
a los pericos. La primera un desplazamiento de balón de Arda Turan a la grada,
que no fue sancionado con tarjeta pese a lo ostentoso del desplazamiento. En
cambio fue tarjeta a Héctor Moreno por dejar
el balón a los pies del árbitro, después de una injusta falta pitada en contra
de su equipo.
Lo
peor vino después en la jugada que pudo cambiar el resultado del encuentro. Internada
del recién salido Córdoba que al intentar irse de Alderweireld, ya cerca del palo
derecho, recibe un mordico de Courtois en la rodilla cuando se tira a por el
balón de manera innecesaria ya que compatriota belga había recuperado, no sin
falta el esférico. El árbitro hace caso omiso a las quejas del españolista
mientras que permite que el portero sea atendido por físios y doctor fingiendo un
fuerte golpe en la cara durante dos minutos. Prueba de que no le había pasado
nada es la parada que hizo con la cabeza poco después a disparo de Sergio García,
de la que salió riendo y burlándose de todos.
Ya
era patente el descontrol táctico de los rojiblancos que se mostraba en la
subida al ataque de manera constante e innecesaria tanto de Gabi y sobretodo de
Tiago, sin luego bajar a defender, lo que hacía que el equipo, una vez más, en
los minutos finales se partiera en dos. La pasividad, una vez más de Simeone
quedo clara al sentarse en el banquillo y comer pipas. No solo eso, sino que
cuando salía no era para dirigir a sus jugadores, si no para recriminar al público
sus quejas ante el mal juego del equipo.
Así
el Español dispuso de constantes ocasiones, solo evitadas por la mala suerte,
las paradas de Courtois, y la nefasta y casera actuación arbitral. Prueba de
ello fue la última oportunidad españolista en un tiro de Sergio García, que rozó
el larguero después de controlar involuntariamente desde el suelo con la mano
el balón, ante la pasividad de la defensa rojiblanca.
Una
vez más quedo claro el interés de una mano negra para que el Atlético no baje a
segunda. Muestra de una Liga española viciada desde el inició. No importaron
las quejas de Javier Aguirre, entrenador perico, criticando la actuación
arbitral y poniendo en duda el valor futbolístico de su exequipo y Simeone.
IRONIA
OFF
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