ATLETICO DE MADRID 1 - ATH. BILBAO 0.
Imaginémonos un plato al gusto, con todos los ingredientes
que nos gustan. Calentito, preparado para comer. Salibando como un can. Un primer bocado delicioso. Una
llamada inoportuna por el teléfono. Pues eso, a la vuelta el plato frio. Sin
micro para calentar y con prisas para salir. Una pena.
Pues eso fue el partido de anoche. Un primer cuarto de hora
que hacía presagiar un buen encuentro y luego pub, nada.
Patadones sin sentido, a ver quién la manda más alto. A ver quién
la manda más lejos. A ver si costa coge alguna. A ver quién acierta y corre hacia
el lado contario de donde va la pelota
En las contadas ocasiones que se jugó con criterio, con
pases y controles certeros o casi certeros creamos peligro.
Eso si como todo buen plato, aunque frío, deja su regusto
aquí van varios.
Adrián. Sin palabras. Todo al revés. Mala suerte en la única
que tuvo. Aunque él se parece cada vez más a un tubo.
Raúl García. Descolocado, despistado, con tanto cambio
posicional no sabía donde estaba y que hacer.
Godin Impecable.
Diego Costa y los árbitros. Van a por él. El acompaña con
sus formas y gestos. Calma chico, calma.
Fernández Borbalan. Sufrió
una trasformación a partir del minuto 41. ¿Por qué será? ¿Es extensivo a los árbitros
de primera?
Las ganas que tiene de que perdamos ciertos ambientes
futbolísticos.
¿Me estaré quedando sordo? No escuché gritos anti vascos y contra Puerta
el domingo.
En fin la vejez, o tantos platos fríos.
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