ATLÉTICO DE MADRID 4 - RAYO VALLECANO 3
Puede ser que os extrañe el título para la crónica del partido, y que en todo caso penséis que algo tiene que ver con el mono, o los monos. Pesareís que fue lo que hicimos en los últimos minutos del partido. No os faltaría razón. Me explico
Los romanos eran de una simplicidad robusta y práctica, desprovistos de imaginación. Así, el romano ni inventó mitologías, ni imaginó a sus dioses bajo una forma humana, y mucho menos se cuidó de escribir leyendas. Tampoco esculpió imágenes de sus divinidades. Vesta no tuvo jamás estatuas, pues sólo estaba representada por el fuego sagrado que no debía extinguirse nunca. En fin, en aquellos tiempos no aparece ninguna especulación profunda sobre la naturaleza de Dios y sobre el origen y destino del universo y del alma. El romano se preocupaba, no de reflexionar acerca del mundo, sino de servirse de él
En la religión romana, los lemures (en español, "lémures", en singular, "lémur") eran los espectros o espíritus de la muerte; eran la versión maligna de los lares, o dioses familiares. Algunos autores romanos describen a los lémures como el nombre común para todos los espíritus de la muerte. Se decía de ellos que vagaban por la noche y que atormentaban y asustaban a los vivos.
Los lemures, primates de Madagascar fueron llamados así por el naturalista Linneo por sus grandes ojos, hábitos nocturnos y los sonidos tremendos que hacen por la noche. Algunas especies de lémur fueron identificadas por sus llamadas incluso antes de que fuesen vistos individuos concretos. Linneo acuño también el uso moderno de la palabra 'larva' para denotar el estadio de oruga en el ciclo vital de los insectos.
resumiendo que los lemures son los fantasmas. Fantasmas que muchos recordabamos por nuestras experiencias con ellos: celebración después de la Supercopa de Europa, ofrenda a la afición. Y algunos más, entre los que yo me cuento, extendemos hasta el día del Valladolid.
Bueno, bueno. Al final aparecieron los fantasmas.
El partido fue bueno a secas, nada de lo normal. Con un guión que vamos a ver muchas veces. Equipos como Rayo, Valladolid, Betis y Celta, parece que le han tomado el gusto por ser pequeños Barcelonas e intentar jugar al fútbol, con toque en el centro del campo y buscar la posesión lo máximo posible.
Así salió el Rayo. Nosotros a lo nuestro. Esperamos en nuestro campo, que no en nuestro área, dispuestos a robar la pelota, y cuando lo coseguimos nos plantamos arriba con cuatro, cinco y hasta seis jugadores. El chaparrón para el equipo contrario es bestial, y claro no se lo cree. Pendientes de Falcao reciben un aluvión de jugadores rojiblancos que entran por todos los lados, rápidos, al toque y con cara de pocos amigos, aunque lleven la sonrisa en la boca como Arda, o tengan cara de niño cabreado como Coke, o de joven sin afeitar por la dejadez como Mario Suarez.
En esas estábamos, el Rayo intentaba crear el juego, pero nosotros teníamos las oportunidades.
Así llegó el gol de Mario Suarez a pase de Diego Costa. Dos incisos
Los dos no son jugadores que me agraden. Tengo que reconocer que el inicio de Mario Suarez es fenomenal. Ayer, para mí el mejor del partido mientras estubo en el campo. Corre menos que el año pasado. Pero lo hace con criterio, sabe donde estar y suelta el balón fácil; y lo que es también nuevo: lo hace hacia delante y buscando el espacio. En suma "mejora más que adecuadamente", pero es el primer fantasma, el primer lémur
Con respeto a Diego Costa, creo que es un paquete con calidad. Puede hacer lo mejor y lo peor en un partido, y hasta ahora con el atléti hacia lo peor. Ya saldrán aquellos con lo del día del Osasuna hace dos años, con la buena segunda vuelta del año pasado en el Rayo, precisamente. Ayer lo hizo fenomenal. Fue un premio a su esfuerzo, como reconoce Simeone. Esfuerzo es lo que se le pide, pelea, también; pero que no se pegue con el contrario, con los postes, los banderines, las vallas, mi vecino que pasa por allí, que no se caiga sólo. Aventuro que es el segundo lémur del día.
Plácidamente dentro de lo que cabe llega el personal al descanso. Los unos porque ven que su equipo intenta llegar y juega bien; los otros porque de tres uno no está mal y todavía queda Falcao.
Con la reanudación todo parece igual. El Rayo toma la pelota e intenta llegar, pero recibe un aluvión que ni los más viejos del lugar recordamos. Tres goles en diez minutos. ¡Hala partido sentenciado!. O eso creíamos. Penalti no pitado a favor, que podría ser el quinto. Tiro al larguero del Rayo, y momentos de lujo del atético.
Pero se acercan los lémures de Salamanca y Barcelona, de otras tardes de Calderonianas y festivas. Ante la sorpresa de todos, bajón general del equipo y tres goles del Rayo en otros diez minutos que le dejan a uno del empate a falta de dos y el descuento.
Sin más sustos que destacar llega el final y se alejan los lemures, algunos.
Simeone reconoce que se equivocó en los cambios. Por lo visto si. Tiago, que otras veces, en mi opinión, da consistencia al equipo, ayer lo desintegro. No corría; cuando lo hacia, tarde; sólo toco un balón bien. Se desespero y desesperó a todo el mundo. Sumemosle que Godín y Miranbda perdieron la concentración, que los laterales Juanfran u Felipe L. estaban cansados y el rayo empezó a jugar más vertical que horizontal, mejorando con la entrada de Lass, rápido y con calidad, y la puntería de Delibasic. Adrián no mejoró a Diego Costa y éste si no lemurea le puede comer la tostada y convertirle en un nuevo lémur. Cebolla Rodríguez estubo más cebollado de lo mostrado hasta ahora y no se entendió con nadie.
Por otro lado Coke notaba el cansancio y la desesperación de Tiago y desapareció. Gabi, corrió, corrió, y corrió que tanto, tanto corrió que al final se canso, sin aportar nada más que carreras sin sentido como espantapájaro que lleva el viento.
Pese a todo, y todos, tenemos un equipo, gracias a Simeone, que no a los presidentes y directores generales que tenemos. Bastante hace, bastante consigue. Sin presupuesto para jugadores. No veamos lémures, buenos en este caso, donde no los hay. Ya aparecerán malos presagios que nos traerán los lemures familiares y entonces ¿Todo cambiará?
No hay comentarios:
Publicar un comentario