ATLÉTICO DE MADRID 1 – BARFELONA 1.
PARTIDO DE IDA FINAL SUPERCOPA DE
ESPAÑA 2013
Como la
canción de paco de Lucia; como el borracho en el arroyo entre Pinto y
Valdemoro; como el rey de los austrias que nunca se sabía donde estaba – o si –
cuando iba a Aranjuez. Así estoy yo después de ver y de leer los comentarios
sobre el partido
No fue un
buen partido, en el sentido del tiki-taka. Fue un excelente partido en garra,
lucha, pelea, aspectos tácticos. Sobre todo por parte del atlético hasta que
gastó la gasolina.
Volvemos a
la reciente diatriba que presentan los aficionados y prensa española: o el
juego bonito, de pases, de control del balón made in Barça, o el juego directo,
sin transición, buscando el contragolpe y la rapidez, que falsamente se le
atribuía a un tal Mouriño.
Ayer vimos
los dos estilos de juego, con resultado de empate. El preciosismo sin rapidez,
ante un equipo organizado y que presiona es aburrido y prácticamente ineficaz,
si no tienes al jugador determinante, y si está en condiciones. El juego
rápido, con presión resulta vibrante cuando se realiza bien, pero me desespera
cuando se abusa del pelotazo sin sentido, la patada a seguir, el descontrol en
centro del campo sin retener un poco el balón para mirar a quien enviarlo al
primer o segundo toque en largo; esas perdidas de balón ...
¿Cuál
preferimos? Yo me quedo entre dos aguas. Cada equipo tiene su forma de jugar
por su plantilla.
Pues así
fueron los equipos el miércoles. Dos estilos distintos con resultado de empate
a uno. Sin muchas oportunidades, igualados a cinco cada uno.
El arbitro
mal, para los dos.
Para la
polémica periolista el penalti a Cesc y el gesto de Godin y ciertos comentarios
televisivos interesados, ciertas omisiones interesadas.
En fin lo
de siempre.
Ilusionado
con la vuelta.
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