
Pese al sonrojo, seguimos milagrosamente séptimos y si finalmente jugamos la Uefa será por la carambola de Madrid y Barça finalistas de Copa. De horror, de asco, de vómito. Una plantilla que no ha sudado en todo el año, que no nos ha dado ni un partido feliz ni épico. ¡Por Dios, si nos patearon en el trasero unos camioneros con la camiseta del Aris de Salónica! Desde los comienzos, todos dando torpes explicaciones y excusas. "No está mal ser quintos, se empezó la temporada con un título y blabla bla". Paparruchas para disfrazar la inutilidad de un ejercicio penoso que además va a ser afeado doblemente por el triste canto del cisne de Forlán.
Si la temporada se alargara unas cuantas jornadas y con el embudo que colapsa la zona baja, el Atleti tendría serios problemas para salvar la categoría. Vergonzoso este epílogo y desquiciante la manera de motivar, premiar y castigar a sus pupilos que gasta el entrenador Flores. El otro día cantó Luis Filipe, hoy al banquillo, una tónica que se ha repetido todo el año (Domínguez, Godín, Valera hoy reaparecido) por no mencionar el mobbing que se le ha hecho a Fran Mérida toda la temporada, como si el fuera el culpable de toda la pandemia. Con los sobrados que estamos de arte y talento del centro del campo en adelante. Olé con Elías. Olé con casi todos.
Y otro misterio de aúpa: uno se pregunta qué le pasa a De Gea; en los tres últimos goles tres estatuas que hubiera firmado el mísmisimo Policleto. De piedra nos quedamos con este Atlético circense. Como agua para elefantes. Como Marat a gustito en su bañera
http://www.elmundo.es/blogs/deportes/blogiblanco/2011/05/10/vomitivo-fin-de-curso.html
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